
1973, Jaén, España. Vive en España, Holanda y Francia
Describir la perspectiva crítica de Cristina Lucas como feminista es al mismo tiempo inevitable, pero también insuficiente. A lo largo de esta ya muy desgastada primera década del siglo XXI, Lucas ha enfilado su sarcasmo contra una enorme variedad de ídolos intelectuales, institucionales e iconográficos, delineando una práctica continuamente marcada por el motivo de la emancipación. La nota dominante de esta práctica es la activación de un humor crítico, que Lucas enfila lo mismo para sacudir los estereotipos políticos de la historia social española (El viejo orden, 2004), que para provocar un linchamiento carnavalesco de un busto de Jean Jacques Rousseau en repudio del patriarcado de la ilustración (Rousseau y Sophie, 2007), o a fin de escenificar la violación en masa que tendría que derivarse de tomar a la letra la conocida imagen de Eugène Delacroix de la libertad desnuda guiando al pelotón de la plebe (La liberté Raisonnée, 2009).
Más allá del uso estratégico de la sátira, Lucas plantea continuamente una estética de la intervención que se ejerce lo mismo en la apropiación de imágenes que en el roce irónico con una variedad de aparatos del poder. Del mismo modo que en Más Luz (2003) grabó a escondidas un diálogo en un confesionario con un cura católico acerca del desdén de
Quienes recientemente han visto cómo en el film Habla (2008) Lucas emplea una especie de “filosofía del martillo” para tratar de obligar, infructuosamente, al Moisés de Miguel Ángel a recuperar la palabra, entenderán con la mayor nitidez por qué esta iconoclasta contemporánea tenía un sitio reservado en Dominó Caníbal. Ante el reto de retomar los elementos que Jimmie Durham introdujo a
contacto Juana de Aizpuru....Mmmmmm!!!! la del club de fans!!!! ¿os acordais que nos contó lo del video del Moisés???...que cosas...y ahora tenemos esto aquí...el azar...
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